Ante la crisis de los jugadores italianos, Antonio Conte convocó para el equipo nacional al brasileño Eder y al argentino Franco Vázquez, reavivando la polémica sobre la nacionalización de los 'oriundi', jugadores de origen extranjero.

"El equipo nacional de Italia debe ser italiano". Este comentario del exinternacional y actual entrenador del Inter Milán, Roberto Mancini, desencadenó una ola de reacciones en el país transalpino antes del partido de la Azzurra en Bulgaria el sábado en la fase de clasificación para la Euro-2016. 

"Esto es solo mi opinión", precisó Mancini. Cuando se le pregunta por la Alemania campeona del mundo, con Mesut Özil, de origen turco, o Jerome Boateng, de origen ghanés, Mancini responde que "nacieron en Alemania".

"Un jugador italiano merece jugar en la Nazionale, mientras que uno que no nació en Italia, incluso si tiene parientes italianos, no lo merece", insistió Mancini. El seleccionador Antonio "Conte está en su derecho de usar esta regla (convocar jugadores extranjeros), pero no cambia mi pensamiento", prosiguió.

Mancini tiene un discurso parecido al de Matteo Salvini, el joven jefe de la Liga Norte, partido anti-europeo y anti-inmigración, que publicó en Twitter: "Los italianos en 'azzurro'".

El seleccionador Conte lanzó un desafío para aquellos que solo quieren italianos en la selección, al proponer una larga concentración en febrero con unos cuarenta jugadores con potencial para ser internacionales, algo que fue rechazado por los clubes, entre ellos el Inter de Mancini. Conte aseguró que "nunca forzó a una persona a elegir". El seleccionador preguntó al argentino del Palermo Claudio Dybala, pero este rechazó a la selección italiana.

Predecesores que brillaron de azul

Todas estas críticas "son tonterías", aseguró Eder, citando el caso de Mauro Camonaresi, el jugador "nacionalizado" (argentino de origen) con más partidos con la Nazionale (55). El goleador de la Sampdoria de Génova, llegó con 18 años al Empoli, piensa "que, a priori, hay algo en contra de los 'oriundi' en Italia" y cita a Alemania o a "Francia y sus jugadores de origen africano", en una entrevista en el periódico brasileño Diario Catarinense.

"La madre de Vázquez es italiana, así que es más italiano que él (Mancini)", explicó el técnico del Palermo, Giuseppe Iachini. Italia siempre tuvo oriundos en sus filas. Al igual que Camoranesi, uno de los mejores jugadores en su puesto, también está Thiago Motta, el italo-brasileño que juega en el París SG.

La polémica Eder/Vázquez se acentúa por el modesto nivel de los últimos convocados, como el defensa 'argentino' Gabriel Paletta o el 'brasileño' Romulo, al que convocó el anterior seleccionador, Cesare Prandelli. "Conte tiene poco donde elegir entre los italianos", se lamentó Demetrio Albertini, vicepresidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC).

El presidente de la FIGC, Carlo Tavecchio, retratado este verano después de usar una expresión degradante con los jugadores negros, recordó que Camoranesi ganó con Italia "la Copa del Mundo de 2006". "Si es ciudadano italiano puede jugar, el debate está cerrado", añadió Tavecchio.

Pero en realidad, el debate continúa. "Existe la globalización, pero para jugar en una selección debes haber nacido en el país, haber crecido allí y entender la mentalidad", estimó el entrenador del Cagliari, el checo Zdenek Zeman. "Hacemos todo lo posible por el desarrollo de los jóvenes y después seleccionan oriundos", comentó el entrenador del Hellas Verona, Andrea Mandorlini.

"No soy el primero ni seré el último en llamar a estos jugadores (oriundos)", insistió Conte. En 1934, el máximo goleador de Italia en el Campeonato del Mundo de 1934 en Roma y bajo la mirada del dictador Benito Mussolini se llamaba Raimundo Orsi, y nació en Argentina.

afp/livefutbol